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Mostrando entradas de febrero, 2018

MUJERES QUE SUFREN, HOMBRES QUE MIRAN

Dos mujeres, la Naturaleza, el dolor, madre e hija, el pasado y un presente sin futuro, los silencios, un abrazo. Una taza que vuela, heridas, la ventana congelada. Los hilvanes de una vida en el aire, suspendida, como si se hubiera subido a la copa de un árbol y hubiera hivernado allí, la nieve, la leña húmeda, las cicatrices. En La enfermedad del domingo todo parece medido por unas manos, y por una mirada, que saben de la existencia de unos hilos invisibles que unen al ser humano con lo más profundo de la Naturaleza. Esta historia de dos mujeres que, tras años de sequía, comparten diez días en los que podría resumirse una vida entera, parece gélida a primera vista, pero está llena de explosiones, de sangre que mana, de furia contenida. La aguja siempre fría de la culpa, el femenino dolor de quienes están llamadas a cuidar. Ramón Salazar , que hace años me deslumbró con sus Piedras, una de las películas más intensamente dramáticas y luminosas a un tiempo de nuestro cine, ha tejido

LADY BIRD: Mujeres en construcción y hombres en crisis

La mejor respuesta a quienes, habitualmente sujetos masculinos,  discuten por qué es importante que haya mujeres creando productos culturales, es mostrarles algún ejemplo de una obra pensada y creada por mujeres y explicarles qué singularidades tiene la mirada femenina en ella. Algo que a mí me resulta habitualmente fácil cuando me fijo en películas creadas por mujeres, tal y como la que ha escrito y dirigido Greta Gerwig y por la cual es la única directora que este año aspira al Oscar.  Lady Bird es un magnífico ejemplo de cómo la mirada sobre un tema muy habitual en el cine – el tránsito de una adolescente a la edad adulta – es capaz de plantearnos otras perspectivas y de situarnos ante una serie de tensiones que habitualmente son invisibles cuando el foco es androcéntrico. La historia de Christine (interpretada de manera magistral por Saoirse Ronan ), una chica de 17 años que está deseando abandonar su pueblo para estudiar en una gran ciudad, y que vive una compleja y tens

EL FEMINISMO DE LA CONCEJALA BOTELLA

"Somos feministas y no de boquilla, pero no estamos de acuerdo en apoyar la huelga feminista, lo que diríamos es respetarla». En estas declaraciones de María Jesús Botella, concejala del Ayuntamiento de Córdoba -¿o más bien deberíamos decir concejal?-, se resumen a la perfección todos los ingredientes mediante los que identificar a esa corriente que Miguel Lorente denomina «neomachismo». Con este término se designa en definitiva una nueva estrategia del patriarcado para reproducirse, en perfecta armonía con el neoliberalismo triunfante y por tanto con la máxima defensa de la libre elección de las mujeres como criterio ético desde el que medir su emancipación. Una propuesta sin duda ideológica -el machismo es una ideología- y mediante la que se apuntalan discursos que pretenden hacer invisible la discriminación sistémica de las mujeres y, en paralelo, la posición privilegiada de los hombres. La apelación de Botella al «somos feministas», dejando muy claro que no lo son «de boq

EL MONSTRUO CON PENE Y LA MUDA ENAMORADA: por qué no me ha gustado LA FORMA DEL AGUA

La última película de Guillermo del Toro, que parece destinada a ser la gran triunfadora de los Oscars y que parece haber puesto de acuerdo a crític@s de cine tan dispares como Pilar Aguilar y Carlos Boyero, a mí me parece un producto perfectamente fabricado para su disfrute en la “era Trump” y para que el espectador lo contemple como un ejercicio de limpieza de conciencias frente al mundo tan horrible que nos ha tocado vivir. En esa línea creo que entronca perfectamente con esa cursilada llamada  La la la land  y cuyo éxito apabullante todavía no he logrado entender. Es decir,  La forma del agua  se dirige a las emociones más superficiales, esas que no requieren un esfuerzo singular por parte del que las recibe y que permiten salir relajados del cine, como quien se ha reconciliado con una parte de su humanidad que creía olvidada y aunque luego, casi inmediatamente, continuemos enrolados en este mundo cínico donde la único pasaporte hacia el éxito parece ser el “sálvese quien p

12 DE FEBRERO

"A él le gusta quedarse en la cama, aunque solo sean unos minutos, mientras que yo preparo el desayuno. Cuando las tostadas están preparadas y huele a café por toda la casa, entonces él baja, casi siempre muerto de frío, y me parece más grande, casi un superhéroe, cuando no es más que un niño en un cuerpo que parece que no es suyo. El olor a aceite virgen, el pan caliente, el café, supongo que todo esto es lo más parecido a un hogar, aunque siempre esta palabra me recordó más a un electrodoméstico que a un sentimiento auténtico. Mi abuela Carmen me preparaba con mimo el café que siempre me tomaba en la misma taza, ya muy resquebrajada en los últimos años en que fui a su casa para estar un rato con ella y con mi tía. Esa taza y ese olor es para mí lo más parecido a un hogar, incluso a una familia. Todavía hoy escucho los pasos lentos, casi arrastrados, de ella y la dulzura con la que siempre me miraba, quizás comprendiéndome mucho mejor que la mayoría de los que me rodeaban.  No

MEMORABLES, INSIGNES E INTRÉPIDAS

En estas semanas que ando metido en la vorágine de presentar un libro en el que defiendo que la revolución masculina o será feminista o no será, con frecuencia me preguntan cómo se despertó en mí la conciencia de género. Mi respuesta siempre tiene dos argumentos. De una parte, la poderosa presencia de mujeres en mi vida, las cuales, sin que en muchos casos tuvieran ni idea de lo que implica el feminismo, me dieron rotundos ejemplos de una ética alternativa a la masculina. De otra, el aprendizaje de todo lo que ellas han aportado a la historia de la Humanidad y, en paralelo, de todo lo que han tenido que luchar por acceder a unos derechos a los que nosotros teníamos garantizado directamente el acceso simplemente por el hecho de nacer con pene. Es, sin duda, este ejercicio de memoria, sin el cual no es posible entender adecuadamente el presente ni mucho menos luchar por un futuro distinto, el que mejor nos sitúa ante la dolorosa evidencia de lo mucho que el mundo se ha perdido por no

EL GENIO TÓXICO: A propósito de EL HILO INVISIBLE

Uno de los binomios jerárquicos más característicos del patriarcado es aquel que, en el ámbito de la creación, ha distinguido entre genios y musas. El sujeto creador masculino frente a la mujer inspiradora, objeto mirado y, en el mejor de los casos, Eva capaz de sacudir los cimientos racionales de Adán.  Ese perverso eje ha sido y continúa siendo uno de los más firmes reproductores de una cultura androcéntrica, en la que los ojos siempre son de varón y en la que ellas son como una especie de lienzo en blanco, sumiso y callado, ausentes, que solo cobra vida gracias al aliento omnipotente del dios hombre. Es justo el juego incluso dramático al que se presta esa oposición masculino/femenino en la creación el que retrata a la perfección la fría pero muy sugerente El hilo invisible. La última película de Paul Thomas Anderson se centra en la figura de un exigente y maniático varón creador, en este caso un célebre modisto de nombre Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis), al parecer insp