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Mostrando entradas de septiembre, 2016

CONTRA EL SILENCIO MASCULINO

Hace diez años, el lúcido y comprometido  José Saramago  lo advirtió con clarividencia: mientras que los hombres no nos rebelemos contra el machismo y las violencias que genera, las mujeres continuarán siendo las  subordiscriminadas,  las más vulnerables, las principales víctimas de todos los conflictos. En esta década algunos (nunca somos muchos, me temo) hemos seguido al compañero Saramago, han ido surgiendo iniciativas marcadas por la búsqueda de una nueva masculinidad,  han aumentado en los medios la presencia de hombres  que ya  no tienen reparo en calificarse como feministas  y en asumir el género como categoría sin la que no es posible entender las relaciones sociales. En estos años se han consolidado asociaciones como AHIGE (Asociación de Hombres por la Igualdad de Género), diversas redes y foros de hombres por la igualdad y, poco a poco, también algunos ámbitos científicos; y en menor medida, los estrictamente políticos han ido asumiendo que los hombres también te

LA PERFECCIÓN IMPOSIBLE

Tal vez no haya tarea más compleja y escurridiza siempre que el ejercicio de la paternidad. Todos los que somos padres vivimos siempre en la tensión que provoca saber que nunca haces lo correcto, que te quedas a medias o que es imposible mantener el adecuado equilibrio entre lo que en un contexto más familiar puedes transmitir y el contexto global en el que tu hijo o tu hija tienen que socializarse. Captain Fantastic   es una hermosa fábula que nos plantea, entre otras cosas, la difícil tesitura que supone tratar de transmitir un orden de convicciones y valores a seres que necesariamente acabarán siendo autónomos. A los que por tanto hemos de educar para que sean dueños y señores de su libertad, con las responsabilidades que ello genera, lo cual  inevitablemente puede suponer en su caso traicionar al padre (o incluso matarlo). Todo ello además sin perder de vista que no van a ser "robinsones crusoes" en una isla sino que como animales políticos y frágiles  serán dependient

EL CORAJE Y LA TERNURA DE GRANDE-MARLASKA

No es muy habitual, al menos en nuestro país, que los hombres hagamos pública confesión de nuestras debilidades, de nuestras luchas internas y de esos procesos que nos llevan finalmente a algunos a perder el miedo a mirarnos en el espejo. Sí son frecuentes, por el contrario, los relatos de nuestras empresas públicas, de nuestros éxitos, de los coqueteos con el poder y de las aventuras que nos dan legitimidad fundamentalmente entre nuestra fratría de  iguales. Por eso me ha sorprendido tanto el libro que acaba de publicar Fernando Grande-Marlaska y que he terminado casi con lágrimas en los ojos. Algo que ya me advirtió su querida amiga Rosa Montero, después de mostrarme cómo también ella lleva tatuado el verso de Raúl Zurita que el juez ha elegido como título. Desde que precisamente fuera Rosa Montero la que hizo posible que Grande-Marlaska se desnudara en las páginas de El País Semanal hace ya diez años, he seguido el rastro de un hombre con el que en tantas cosas me he sentido

LA OBVIA LAICIDAD

Vivimos en un país, y no digamos en una ciudad, donde gastamos demasiado tiempo y energías en explicar y defender lo obvio. Es la sensación que he vuelto a tener estos días ante el revuelo causado por la moción que en defensa de la laicidad presentaron Ganemos e IU en el Pleno de la semana pasada. La polémica mediática, y no digamos el debate mantenido el viernes en Capitulares, demuestra que todavía en materia religiosa no hemos culminado la transición que iniciamos cuando murió el dictador. Somos muchos los convencidos de que ha llegado el momento de, entre otras cosas, reformar un artículo constitucional, el 16, que ha amparado durante más de tres décadas una confesionalidad más o menos encubierta del Estado y que tanto frenos ha puesto a la maduración democrática de la sociedad y sobre todo de las instituciones en materia de libertad religiosa. No me hizo falta más que escuchar al representante municipal de Ciudadanos, que me parece que está incluso más a la derecha del PP, par

PUTAS VIDAS

En La puerta abierta, primer largometraje de Marina Seresesky, las protagonistas absolutas son mujeres. Solo un policía, un hermano "canalla", un amante/putero y un niño cómplice aparecen como personajes muy secundarios. Ello, sin embargo, no quiere decir que los hombres estén ausentes o que no formen parte de la historia. Al contrario, ellos son los determinantes de las vidas arrastradas de una mujeres absolutamente condicionadas por las múltiples violencias  que sobre ellas ejerce la mitad masculina. Son esas violencias patriarcales las que han llevado a María Luján (una memorable Terele Pávez) a la demencia senil, a Lupita (un tierno y más que creíble Asier Etxeandía) a sobrevivir de mala manera en un mundo marcado por las fronteras de lo masculino y lo femenino o a Rosa (una Carmen Machi muy alejada de sus papeles más habituales y absolutamente contenida) a arrastrar el peso de las muchas amarguras que desde niña ha sufrido. Todo ello por no hablar del resto de vecinas

DEMETRIO Y EL REINO DE LOS CHULOS

Esta ciudad que habitamos es capaz de lo mejor y de lo peor. En ella residen algunas de las voces más reaccionarias del país pero también algunas de las que con más arte son capaces de ponerse el mundo por montera. Es un lujo vivir en Córdoba, aunque en ocasiones se nos haga cuesta arriba a quienes buscamos siempre ir más allá de lo obvio. En un verano caluroso y aburrido, como la mayoría de los que sufrimos aquí, el único que ha sido capaz de caldear aún más el ambiente ha sido una vez más el obispo Demetrio. Sus provocadoras palabras, fruto no solo de la ignorancia sino también del miedo que provoca la pérdida progresiva de acólitos y por lo tanto de poder, dieron lugar a dos tipos de reacciones muy propias de esta ciudad: los heroísmos particulares y los silencios cómplices. De nuevo, como también es habitual por estos lares, más que los exabruptos del obispo me llamaron la atención las miserables calladas por respuesta no solo de quienes dentro de la Iglesia me consta que no pie

ANTES DEL AMANECER

Theo y Hugo, París 5:59 empieza de manera rotunda y sin tapujos: veinte minutos de sexo en un cuarto oscuro en el que una docena de hombres se dejan llevar por sus deseos. Ese es el lugar en el que Theo y Hugo se encuentran y viven una especie de revelación. Esta especie de Antes del amanecer en versión gay, y yo diría que mucho más profunda y arriesgada que la hermosa película de Linklater, por lo tanto más auténtica, nos cuenta cómo en apenas unas horas se completa el arco completo que lleva del deseo a la ternura. La estupenda conversación que los dos protagonistas mantienen, primero con sus cuerpos y sus sentidos, luego con palabras, más tardes con los pulsos ("que se me paren los pulsos si te dejo de querer..."), nos ofrece una maravillosa descripción de lo que sin peligro de caer en romanticismos baratos podríamos definir como amor. El gran mérito de los creadores de esta película -   Jacques Martineau, Olivier Ducastel - es haber contado esta historia de amor c