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LAS CANDIDATAS

Las fronteras indecisas
Diario Córdoba, 11 de mayo de 2015


Sigo a muchos kilómetros el único debate que, al parecer, tendrán las candidatas (hablo en femenino, porque todas son personas) a la alcaldía de la ciudad. En un lugar como Florencia, tan similar en muchas cosas a Córdoba, asisto entre aburrido e indignado a lo que lejos de ser un debate fue una suma de discursos que me temo poco sedujeron al electorado. No habría estado mal, por ejemplo, que las candidatas hubieran visto y revisto el capítulo 11 de la tercera temporada de House of cards en el que un debate entre tres demócratas, un hombre y dos mujeres, que compiten en las primarias de su partido nos demuestra por qué los americanos son los creadores de tantas cosas --en política, al menos-- y nosotros vulgares imitadores. Lo que para ellos se convierte en puro espectáculo, nosotros lo reducimos a una aburridísima sucesión de monólogos, más propia de un evento escolar que de una campaña adulta.
Escuchando los distintos monólogos con que nos obsequiaron las que son, y en otros casos pretenden ser, nuestras representantes, no pude sino constatar el bajo nivel político que atesoran sin excepción. En unos casos alimentado por el inevitable sopor y un cierto acomodo que provoca el paso del tiempo en las que ya llevan años en la cosa pública, y en otros, lo cual es más grave, alentado por una inexperiencia que, en vez de aportar frescura y entusiasmo, no hizo sino corroborar que al final no hay tantas diferencias entre la vieja y la nueva política. Porque tal vez lo más decepcionante para mí fue comprobar como las que se han presentado como nuevas alternativas en ningún momento me transmitieron qué proyecto de ciudad tienen en sus cabezas, de qué recursos disponen o cómo piensan llevarlo a cabo y dónde reside, más allá de la palabrería mitinera, su diferencia con los y las "de siempre". Ni el candidato de Ciudadanos, cuyo lema debiera ser la ignorancia es atrevida, ni el de Ganemos, que a mi parecer demostró que no siempre un magnífico agente social puede ser un similar actor político, aportaron nada significativamente ilusionante a los que como yo estamos a la expectativa de opciones que rompan con las dinámicas perversas de 30 años de bipartidismo. Las que representan Nieto, que cada vez se parece más a lo que podría ser su réplica en un museo de cera, e Isabel Ambrosio, siempre tan mesurada e institucional, más cercana a la profesora que dicta con pulcra dicción un texto que a la que hace que el alumnado aprenda a mirar más allá de los renglones.
Me resigno a pensar que éstas sean las políticas que nos merecemos y que nuestra ciudad no dé más de sí en lo que a agentes políticos se refiere. Me imagino que serán muchos los electores que, como yo, estarán llenos de dudas ante un 24 de mayo en el que no me gustaría que todo cambiase para que finalmente todo siguiese igual. Sobre todo porque Córdoba necesita de un impulso rotundo que la saque de esa posición de bella durmiente desde la que resulta tan complicado vislumbrar un futuro de cuento. De manera muy acertada, el candidato de IU, torpe y nervioso, puso como modelo de referencia a la ciudad en la que me encuentro. Ciertamente, Florencia comparte con Córdoba un simular número de habitantes, una herencia cultural de peso, un potencial turístico desbordante y hasta un río. Sin embargo las diferencias entre una y otra son notables. Recordemos que el actual primer ministro italiano fue alcalde de Florencia. Un horizonte en el que me cuesta situar a las candidatas que escuché hace unos días. Quizás sea la metáfora más contundente de lo que nos falta y de lo que nos sobra. Un detalle que no deberíamos olvidar cuando el 24 tengamos por un día la soberanía en nuestras manos.

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