Viendo ayer la celebración de LA ROJA en Madrid, además de sentir un poco de vergüenza ajena por ese lado tan hortera y cutre del que seguimos haciendo gala (seguimos siendo la España de Manolo Escobar y Cine de Barrio), me indigné el doble de lo que lo estoy en estos meses. Me costó trabajo entender que con todo lo que se está pisoteando nuestra dignidad en estos últimos meses la ciudadanía se movilice en una celebración tribal, en la que el yo se disuelve en la masa, mientras que es incapaz de movilizarse ante las barbaridades de unos representantes que nos recortan el Estado Social y que, además, no responden por los errores cometidos. Es evidente que ha triunfado "la civilización del espectáculo" y que en vez de ciudadanos/as tenemos súbditos/as. Los/as que son incapaces de alzar la voz ante el atropello de sus derechos y los/as que hacen la ola ante un circo que nos anestesia. Y así, mientras que los de la Roja anotan hoy las primas recibidas en sus cuentas bancarias, hoy por ejemplo nos reunimos en mi área de conocimiento de la UCO para ver cómo reorganizamos la docencia para el curso próximo tras los recortes que siguen hundiendo la universidad pública en un pozo más hondo del que ya estaba.
La tribu patriarcal reiteró sus proclamas - "viva la borrachera", dixit Reina - y confirmó el triunfo de la masa domesticada sobre el individuo autónomo.
La tribu patriarcal reiteró sus proclamas - "viva la borrachera", dixit Reina - y confirmó el triunfo de la masa domesticada sobre el individuo autónomo.
Soy, compa Octavio, muy, muy aficionado al furgol; he disfrutado un montón con el juego y las victorias de la selección española en la Eurocopa. Pero eso no me impide apreciar cómo se utiliza, al igual que se viene haciendo desde la noche de los tiempos con espectáculos de este corte, como anestésico social, antídoto con el que conjurar cualquier tentación de que, al hilo d la reflexión, nos dé por pedir digamos que ‘otra cosa’ (quizá la que nos corresponde, la que debería ser…). Nada que no hubieran inventado ya los romanos con el circo (pero que parece mentira que, en estos tiempos del progreso internaútico, aún funcione con tamaña eficacia). En fin…
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y hasta pronto.