Ir al contenido principal

LA POESÍA DE LOS MELOCOTONES

La poesía reside en las cosas más pequeñas. En esas casi imperceptibles  en nuestra vida cotidiana pero que encierran mil versos. Un melocotón que se cae del árbol, una cocina con olor a abuela, una herida que traspasa el alma. La maravillosa película de Changdong Lee es como un susurro que despacio, suave, tímido, nos cuenta al oído una historia capaz de emocionarnos. La de una mujer de unos sesenta años, Mija, que desea escribir poesía y que vive una cotidianidad en la que parece no haber mucho espacio para ella. De la mano del rostro fascinante de la actriz Kim Hira vamos adentrándonos en su alma de mujer extremadamente sensible, sacudida por la vida, pero deseosa de buscar la belleza en su corazón y en todas las cosas que le rodean. 
POESIA es una película que se agarra a tu alma como uno de esos pétalos que alguna vez aparecen entre las páginas de un libro. Es una historia sobre cómo es posible encontrar la belleza en medio del dolor, pero también es una historia sobre ese territorio privado e íntimo de las mujeres en el que ellas son capaces de hacer milagros.  El espacio en el que huyen de un mundo hecho a imagen y semejanza de los hombres, en el que tienen que hacer malabarismos para sobrevivir, desde el que acaban siendo poniendo tiritas en todas las heridas. Un mundo en el que ellas son víctimas de abusos, en el que pueden ser objeto de compraventa por los hombres, en el que, para salvarse, comparten complicidades que nosotros no entendemos.
POESIA es una película sobre el sentido último de la poesía pero también sobre la imposibilidad de sobreponerse al dolor. De ahí la necesidad de buscar versos que lo hagan digerible.
POESIA es una película al fin sobre todas esas abuelas que luchan por que la vida no se les escape, que se rebelan contra la pérdida de memoria, que entienden la justicia como un equilibrio de afectos.
Todo eso está en el rostro de Mija, en su peripecia sufriente, en las notas de su cuaderno, en sus vestidos floreados, en la cocina donde ella parece guardar en tarros las esencias de todas las emociones.

Comentarios

Entradas populares de este blog

YO, LA PEOR DEL MUNDO

"Aquí arriba se ha de anotar el día de mi muerte, mes y año. Suplico, por amor de Dios y de su Purísima Madre, a mis amadas hermanas las religiosas que son y en lo adelante fuesen, me encomienden a Dios, que he sido y soy la peor que ha habido. A todas pido perdón por amor de Dios y de su Madre. Yo, la peor del mundo: Juana Inés de la Cruz". Mi interés por Juana Inés de la Cruz se despertó el 28 de agosto de 2004 cuando en el Museo Nacional de Colombia, en la ciudad de Bogotá, me deslumbró una exposición titulada "Monjas coronadas" en la que se narraba la vida  y costumbres de los conventos durante la época colonial. He seguido su rastro durante años hasta que al fin durante varias semanas he descubierto las miles de piezas de su puzzle en Las trampas de la fe de Octavio Paz. Una afirmación de éste, casi al final del libro, resume a la perfección el principal dilema que sufrió la escritora y pensadora del XVII: " Sor Juana había convertido la inferioridad

EL ÁNGEL DE AURORA Y ELENA

  El dolor siempre pasa por el cuerpo. Y la tristeza. También el goce, los placeres, la humillación. Somos cuerpo atravesado por las emociones. Los huesos y la piel expresan los quiebros que nos da la vida. Esta acaba siendo una sucesión de heridas, imperceptibles a veces, que nos dan nombre. Algunas supuran por los siglos de los siglos. Otras, por el contrario, cicatrizan y nos dejan tatuados. Las heridas del amor, de los placeres, de los esfuerzos y de las pérdidas. Estas últimas son las que más nos restan. Como si un bisturí puñetero nos arrancara centímetros de piel.   Sin anestesia. Con la desnudez propia del recién nacido. Con la ligereza apenas perceptible del que se va. No puedo imaginar una herida más grande que la provocada por la muerte de un hijo apenas recién iniciado su vuelo. Por más que el tiempo, y las terapias, y   las drogas, y los soles de verano, hagan su tarea de recomposición. Después de una tragedia tan inmensa, mucho más cuando ha sido el fruto de los caprich

CARTA A MI HIJO EN SU 15 CUMPLEAÑOS

  De aquel día frío de noviembre recuerdo sobre todo las hojas amarillentas del gran árbol que daba justo a la ventana en la que por primera vez vi el sol  reflejándose en tus ojos muy abiertos.   Siempre que paseo por allí miro hacia arriba y siento que justo en ese lugar, con esos colores de otoño, empezamos a escribir el guión que tú y yo seguimos empeñados en ver convertido en una gran película. Nunca nadie me advirtió de la dificultad de la aventura, ni por supuesto nadie me regaló un manual de instrucciones. Tuve que ir equivocándome una y otra vez, desde el primer biberón a la pequeña regañina por los deberes mal hechos, desde mi torpeza al peinar tu flequillo a mis dudas cuando no me reconozco como padre autoritario. Desde aquel 27 de noviembre, que siento tan cerca como el olor que desde aquel día impregnó toda nuestra casa, no he dejado de aprender, de escribir borradores y de romperlos luego en mil pedazos, de empezar de cero cada vez que la vida nos ponía frente a un n