Se ha ido de manera silenciosa. Como hizo casi todo en su vida, demasiado a la sombra de su marido. Como le ha ocurrido y le ocurre a tantas mujeres. Pero ella tuvo una voz propia, en la literatura y en la educación. Creía profundamente en la educación como arma transformadora y así lo plasmó en una institución, el Colegio ESTILO, del que tanto deberían aprender los responsables de educación de este país. En sus libros nos ha dejado una voz prudente, sencilla, contenida, como era ella. La trilogía formada por "Historia de una maestra", "Mujeres de negro" y "La fuerza del destino" constituyen un fresco imprescindible para conocer la historia de nuestro país y, sobre todo, para conocer la historia de sus mujeres.
Nunca mereció titulares como los que habría merecido un hombre. Siempre estuvo en un lugar destacado pero secundario. Me imagino que hoy y mañana las necrológicas serán sentidas pero no excesivas.
Pero ella le ha ganado la batalla a todos y a todas: nos ha dejado sus novelas en las que ya para siempre podremos encontrarnos y dialogar con ella. Como si fuera una amiga de toda la vida. Nuestra amiga JOSEFINA ALDECOA.
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